martes, 5 de marzo de 2013

El reloj



“El reloj” de Charles Baudelaire, dice que los chinos ven la hora en los ojos de los gatos. En la mirada de mis gatos se encuentra algo tan infinito como nuestros sueños, tan inexplicable como nuestro comportamiento de seres in-humanos, tan sublime como el amor. De los lugares donde mi mente está y ha estado, el mejor de todos, sin duda alguna, es la mirada de mis gatos, en ellos el mundo con el cual sueño a diario es real, es tangible, es mío. En la mirada de mis gatos los duendes y los demonios son mis compañeros de camino. No se necesitan los pies porque todo está suspendido, todo levita, todos volamos. En la mirada de mis gatos veo lo que no encuentro acá, todo lo que existe dentro de aquellos ojos vastos tiene armonía, las apariencias son lo último que se toma en cuenta pues no hablamos para comunicarnos, ni vemos con los ojos. En la mirada de mis gatos siento la tristeza no como la conocemos ahora si no como que fuera parte de mí, parte de nosotros, parte de todos, que nos extiende su mano, que nos alimenta y que nos llena. En la mirada de mis gatos realmente hay una felicidad indescriptible que envuelve a cualquier invitado, que hace sentir vivo, feliz y completo. Esa mirada que, en un gran porcentaje de personas, no se encuentra. -Confiando siempre en las excepciones-.
“¿Por qué te gustan tanto los gatos?” reza mi mamá cada vez que hablo enamorado de ellos, espero haber podido responder tu inquietud.

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