sábado, 30 de marzo de 2013

Un miedo conocido



Sí, conozco ese miedo, es real. Es más, ese miedo del que dices no querer conocer se vuelve amigable, empiezas a convivir con él como si fuera parte de ti, de tu cuarto, del pasillo, de tu cuerpo, de la canción que escuchas, del párrafo que lees. Ese miedo que te acompaña cuando caminas las calles para conversar con él, para preguntarle por qué y por qué y por qué, ese miedo silencioso que no da respuesta alguna y acrecienta la incertidumbre, que te empequeñece, que te hace dudar. Es el mismo miedo que está en ti, que está en mí y que está en cada uno de nosotros cuando pasamos por esa etapa en la que no queríamos incurrir, y que a veces es inevitable. Ese momento cuando ella se aleja, cuando no está más, cuando deja al miedo entrar y ocupar su espacio. Sí, lo conozco y tengo que decir algo respecto a él: no es más grande que tú ni que yo ni que nadie, es simplemente que cuando ella decide partir se lleva la valentía que teníamos para protegerla y amarla, y quedamos indefensos. Ese miedo hay que conocerlo para poder combatirlo, para poder ganarle y superarle, para sentirnos victoriosos luego de una derrota en el amor, para poder ser feliz. Ese miedo existe y nos encuentra en algún momento y lugar, y sabes qué, te da lucha pero no te gana.

0 comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.