Por qué
eres cruel, por qué sigues buscando más excusas, más pretextos. No te dejes
morir lentamente como dice Pablo Neruda sobre evitar una pasión y su remolino
de emociones, sobre no arriesgar lo cierto ni lo incierto para ir detrás de un
sueño o un amor, no lo evites, sé feliz haciéndolo.
El dormir
sin ti es soñar contigo, a disfrutarlo he aprendido porque no te tengo conmigo,
algo que al comienzo respirar no me dejaba pero ahora inhalo y sigo. Como sigo
a los gatos por los tejados porque es un mundo nuevo, inhabitado por este
felino ciertamente confundido, buscando por tu mirada, por tu maullido.
La espera
agota tanto, tú sabes cuánto, el no saber de ti puede desgastar por dentro y
por fuera, el pensar que te perdí sin una válida razón es como coger el corazón
y expelerlo contra la acera.
Cómo
puede ocurrir que salir del amor sea tan enrevesado, engorroso y embrollado si
la entrada es tan simple y natural, tal cual. Quizá me lo busqué, quizá me lo
encontré pero una cosa es cierta, aquí donde no estás mi corazón no
estuvo más, porque me fui contigo, sí, en tu mismo corazón donde aprendió a
enrollarse, porque el mío de la acera no volvió a levantarse.
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